Diego regresa e El Dorado, un pueblo en la costa española en el que pasó los veranos siendo niño, buscando un descanso. En el tren que lo lleva desde Barcelona conoce a Manuel, un anciano ciego, ya su nieta Lupe. Pero no serán los únicos desconocidos que los acompañen: una noche, en medio de la espesura del bosque, se encuentra con una chica rubia que corre asustada. Diego la acompaña a su hogar, que resulta ser la casa abandonada del pueblo...
